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Envidia de Saúl

Cuando volvían, después de que David matara al filisteo, las mujeres de todas las ciudades salían al encuentro del rey Saúl, cantando y danzando alegremente con panderos y platillos. Y las mujeres cantaban a coro:

Saúl mató a mil
y David a diez mil.

A Saúl no le gustó la copla y muy enfadado pensaba: a David le dan diez mil y a mí me dan mil. ¡Sólo falta que lo hagan rey!

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